jueves, 7 de febrero de 2013

A lo largo de la ruta siempre nos acordamos de todos los momentos y toda la gente que nos cruzamos en el camino y a veces nos olvidamos de recordarles de que forma tan importante formaron parte de nosotros. En este caso una parte muy importante de este proyecto es debido a un grupo de gente sensacional que nos acogió y con los que compartimos experiencias geniales durante 4 años. A todos los que trabajan y trabajaron en el Museo de Las Ciencias de Castilla La Mancha. Por desgracia muchos han tenido que dejar su puesto en el museo para que los ocupe la nada devastadora, dejando de lado muchos proyectos llevados a cabo con mucho entusiasmo para intentar ayudarnos a hacernos mejores personas desde la ciencia y la vida. Ciencia en Ruta debe su existencia a ellos, a un magnífico programa de divulgación científica denominado "Ciencia en Ruta" que trataba de desplazar el museo a todos los centros educativos de Castilla La Mancha, y yo tuve la suerte de iniciarlo con ellos. El objetivo habría estado cumplido en 5 años pero en el comienzo de su 4ª edición, Ciencia en Ruta se quedo sin la ayuda necesaria para llevarlo a cabo y las ilusiones de todos se derrumbaron. Fueron momentos muy especiales y productivos. Las furgonetas de Ciencia en Ruta llegarón a más de 500 centros educativos y a miles de castellano-manchegos y castellano-manchegas.
Yo me sentí parte de ello tan a fondo que ahora he querido seguir adelante allí donde esté y quiero agradecer a esas personas del Museo de Ciencias de Castilla La Mancha haber tenido a oportunidad de aprender y crecer junto a ellos.

Un abrazo y QUE LA CIENCIA OS ACOMPAÑE.


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